Signos vitales en el adulto mayor: todo lo que necesitas saber para controlarlos
Los signos vitales son una herramienta clave para conocer el estado de salud y detectar a tiempo cualquier cambio importante. Controlarlos regularmente puede marcar la diferencia entre una intervención oportuna y una complicación mayor.
En este artículo, te explicamos qué son, cuáles son los valores normales en personas mayores, cómo medirlos correctamente en casa y qué factores pueden alterarlos.
¿Qué son los signos vitales y por qué monitorearlos?
Los signos vitales son mediciones que indican cómo está funcionando el cuerpo. Incluyen la temperatura corporal, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la frecuencia respiratoria. Algunos profesionales también consideran la saturación de oxígeno y el nivel de glucosa como indicadores clave.
En los adultos mayores, controlar los signos vitales ayuda a detectar a tiempo posibles complicaciones de salud. Un cambio repentino en estas mediciones puede ser una señal de alerta que requiere atención médica.
¿Cuáles son los signos vitales de un adulto mayor?
En el caso de los adultos mayores, es importante tener en cuenta que los valores de los signos vitales pueden variar ligeramente debido al envejecimiento, a condiciones crónicas o al nivel de actividad física. Estos son los principales signos vitales que deben observarse:
- Temperatura corporal: lo normal oscila entre 36.1 °C y 37.2 °C.
- Pulso o frecuencia cardiaca: suele encontrarse entre 60 y 100 latidos por minuto en reposo.
- Respiración: lo más común es de 12 a 20 respiraciones por minuto.
- Presión arterial: los valores ideales se sitúan en torno a 120/80 mmHg, pero en adultos mayores puede considerarse normal hasta 130/80 mmHg}

¿Cómo se miden los signos vitales en los adultos mayores?
Monitorear correctamente los signos vitales permite detectar a tiempo cambios que podrían indicar un problema de salud. A continuación, te explicamos cómo medir cada uno en casa de forma sencilla.
Temperatura corporal
Se mide con un termómetro digital o de mercurio, colocándolo preferentemente en la axila o el oído. Una temperatura mayor a 38 °C puede indicar fiebre, lo que podría ser señal de una infección o inflamación.
Pulso
Se toma colocando los dedos índice y medio sobre la muñeca (arteria radial) o el cuello (arteria carótida), contando los latidos durante un minuto. Un ritmo irregular o fuera del rango normal puede alertar sobre problemas cardíacos.
Respiración
Consiste en contar cuántas veces se eleva el pecho en un minuto. Una frecuencia superior a 20 respiraciones por minuto en reposo puede señalar dificultad para respirar o alguna afección pulmonar.
Presión arterial
Se mide con un tensiómetro, idealmente en un ambiente tranquilo y con el brazo a la altura del corazón. Valores anormalmente altos o bajos deben ser revisados por un médico, ya que pueden afectar órganos clave como el corazón o el cerebro.
3 pasos para monitorear los signos vitales en casa
Llevar un control de los signos vitales en casa es una práctica clave en el cuidado de una persona mayor. Estos tres pasos te ayudarán a hacerlo de forma efectiva:
1. Usar dispositivos confiables
Contar con un tensiómetro, termómetro digital o pulsioxímetro de buena calidad es fundamental. Puedes encontrar estos dispositivos en farmacias de cadena como Farmacias San Pablo. Asegúrate de que sean fáciles de usar y estén validados por autoridades de salud.
2. Llevar un registro regular
Anotar las mediciones en una libreta o en el teléfono ayuda a identificar variaciones importantes y facilita el seguimiento médico.
3. Consultar a un médico
Si los valores están fuera del rango normal o hay síntomas inusuales, es necesario acudir a un profesional. El seguimiento médico permite interpretar los datos correctamente y tomar decisiones a tiempo.
Descubre de qué se trata la catarata senil, por qué sale y cómo afecta a adultos mayores en nuestro artículo.

Factores que afectan los signos vitales en adultos mayores
Los signos vitales pueden cambiar por muchos motivos, y en las personas mayores estos cambios suelen ser más frecuentes. Identificar qué los afecta ayuda a tomar decisiones informadas para cuidar la salud.
- Alimentación desequilibrada: consumir alimentos con exceso de sal o azúcares puede elevar la presión arterial o afectar el ritmo del corazón. Una dieta pobre en nutrientes también puede debilitar al cuerpo y alterar la temperatura o la respiración.
- Deshidratación: al no tomar suficiente agua, el cuerpo puede presentar presión arterial baja, frecuencia cardíaca elevada y sensación de fatiga. En personas mayores, la sensación de sed suele disminuir, lo que aumenta este riesgo.
- Estrés o ansiedad: estas emociones activan respuestas físicas como el aumento del pulso, la respiración agitada o la presión alta. Incluso en reposo, estos signos pueden estar alterados si la persona está nerviosa o preocupada.
- Enfermedades crónicas: condiciones como la diabetes, hipertensión o enfermedades pulmonares afectan directamente los signos vitales. Por ejemplo, un pulmón debilitado puede acelerar la respiración, mientras que un problema cardiovascular puede alterar el pulso o la presión.
- Medicamentos: algunos tratamientos pueden modificar la frecuencia cardíaca o causar variaciones en la presión. Es fundamental conocer estos efectos y monitorear los signos vitales si se está bajo medicación regular.
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