Me crié en una familia multigeneracional

Soy Daniel Pando, tengo 31 años y nací en la Ciudad de México. Me crié en una familia multigeneracional, rodeado de mujeres excepcionales: mi mamá, mi abuela y mi bisabuela. 

Esa convivencia marcó profundamente mi forma de ver la vida y, sobre todo, de entender la salud y el envejecimiento. En casa siempre hubo historias, cuidados, risas y una fortaleza femenina que me enseñó que envejecer no es sinónimo de deterioro, sino de experiencia y dignidad.

Fui hijo único, y sí, eso me ganó muchos mimos. Recuerdo con cariño aquellas tardes después de la primaria, cuando me quitaba el uniforme y comía con mi abuela y bisabuela en la cama, viendo la tele —siempre lo que yo escogiera. Aunque mi mamá tenía un rol demandante como proveedora de la familia, nunca faltó tiempo de calidad: jugábamos, reíamos, y hasta hoy me asombra su energía incansable.

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Combinar mi formación técnica con una misión profundamente humana

Mi formación académica comenzó en la UNAM, donde estudié Química Farmacéutica Biológica. Más adelante me especialicé en Economía de la Salud y cursé una Maestría en Ciencias de la Administración de Sistemas de Salud. Lo que más me interesó desde entonces fue entender cómo la salud debe ser gestionada, planificada y distribuida con inteligencia, empatía y justicia.

Más allá del ámbito profesional, me considero una persona intensamente curiosa. Me apasiona el arte —sobre todo la pintura— y soy aficionado a los deportes de contacto. Creo que la curiosidad constante es el motor que impulsa cualquier forma de desarrollo real.

Desde hace dos años formo parte de Koltin, donde he podido combinar mi formación técnica con una  misión profundamente humana. Mi enfoque principal ha sido el desarrollo de tecnologías de salud: herramientas que, sin importar su escala —desde un formulario clínico hasta un dispositivo médico—, permitan visibilizar y mejorar la salud de forma concreta y aplicable a nuestra base de población.

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Construir soluciones que ayuden a las personas mayores

En Koltin trabajamos para que las personas mayores puedan vivir la salud, no solo corregir la enfermedad. Eso significa diseñar intervenciones que sean eficaces, eficientes y costo efectivas, sí, pero también profundamente humanas. 

Mi trabajo se ha centrado en construir soluciones que ayuden a las personas mayores a tomar mejores decisiones sobre su salud: si un tratamiento es el adecuado, si una cirugía realmente les conviene o si hay caminos menos invasivos que les garanticen una mejor calidad de vida.

Parte de esto se ha materializado en la creación de espacios en Ciudad de México y, próximamente, Monterrey, donde buscamos hacer tangible nuestra propuesta de salud. Más que clínicas, son ecosistemas de cuidado y acompañamiento.

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Vivimos en un sistema sanitario fragmentado

Lo que me motiva es claro: vivimos en un sistema sanitario fragmentado, con un uso ineficiente de recursos, inequidades preocupantes y una marcada falta de coordinación. Y si a eso sumamos el edadismo —la discriminación por edad—, el panorama se vuelve aún más complejo. Pero también más urgente. 

Creo firmemente que, con conocimiento, empatía e innovación, podemos revertir estas brechas.

Y eso es lo que me mueve cada día: construir un presente más justo y un futuro más digno en salud.

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Daniel Pando

Evaluación de tecnologías de salud

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